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viernes, 8 de mayo de 2015

´´ la carrera que viví ´´ Antonio Díaz

Hace varias semanas que no daba lugar una crónica por parte de algún atleta en alguna carrera de esas a lo largo de todo el panorama nacional. Hoy es el día para compartir con vosotros otra experiencia y va ser maratoniana, además seguramente muchos de vosotros conoceréis al atleta.

Antonio Díaz nos contó en su día su aventura en el pasado maratón de Valencia, en su crónica tuvo momentos especialmente duros con esos problemas físicos pero tuvo un gran final llegando a meta y consiguiendo su primera medalla de finisher.

El pasado 12 de Abril nuestro compañero Tony se presentaba ante otra maratón, la distancia de los 42,195 m de nuevo ante él y a priori el comienzo del reto no fue fácil. Los días previos iba con molestias y desgraciadamente una vez mas antes de una prueba con los malditos dolores pero hay que ir a morder y a por el objetivo.

Creo que lo mejor ante tantas incógnitas será que leamos su crónica

Aquí está mi crónica de la Iª Edición del Maratón Vías Verdes- Ojos Negros de Navajas (Castellón). Todo empezó nada más terminar el Maratón de Valencia del año pasado, que tal y como te conté la primera vez que pasé por el blog, me dejó un sabor agridulce.

Entonces me puse a buscar un Maratón en el que participar a mediados de abril o mayo, quería algo no muy lejano y que no fuera muy caro, ya que de presupuesto andaba un poco jodido, como criba inicial estaban descartados los maratones internacionales, los de montaña y el MAPOMA (o EDP Rock ‘n’ Roll Madrid Maratón, como se le conoce ahora)porque aunque no hay maratón asequible dicen que Madrid es muy muy duro, con lo cual me puse a buscar un poco por internet, preguntar a conocidos y decidí preguntar también en el grupo “Maratonianos” de Facebook. Hecho lo cual tenía “disponibles” Coruña, Bilbao, Vitoria, Laredo (aunque es en Junio no me preocupaba) y poco mas.

Tras muchas respuestas al post en Facebook una llamó mi atención, era el maratón Ojos Negros en Navajas. Así que me puse a buscar información. Era la primera edición y el recorrido se antojaba bonito, por lo que, tras mucho darle vueltas, me decidí. Navajas era mi destino y donde intentaría completar mi primer maratón “sin parar y de una forma decente”.

Comenzó la preparación sin tener dorsal, porque no estaba del todo seguro de mi elección, pero con mucha ilusión y ganas. A mediados de enero hice las inscripciones, la mía y la de mi compi de viaje (10K). La preparación avanzaba y llegaba uno de los primeros test “serios” el 10K de Parla, la carrera se dio bien, aunque al final eché en falta un poco de fuerza en el ultimo km (cosa que probablemente habría tenido si el día antes no hubiera jugado al futbol y me hubiera ido a la cama pronto) tampoco estaba mal, 40:39, había bajado mi mejor marca 2 minutos.

22 de febrero, segundo test “serio”, esta vez llegaba con dolores en ambos pies de sendos golpes jugando al futbol el viernes y el sábado. Recorrido de 2 vueltas, la primera con Jaro y Virgi (quedaría campeona absoluta de la general femenina del 10K) y la segunda vuelta ya en solitario. Acabé contento porque había hecho marca personal en media maratón (1:33:26), pero un poco fastidiado porque acababa de aparecer la habitual lesión de cada vez que preparo una prueba, esta vez iba a ser el piramidal el que diera la lata. Ya me extrañaba a mí que no me pasase nada…

Con estas llegaba Marzo, el mes decisivo, cargadito de Kms:

- Día 7 (Media Maratón de Ciudad Universitaria): aproveché para hacer mi tirada larga, 28/30 kms sin apenas molestias.

- Días 14 y 15 (Navalcarnero Al límite): El 14 hice la media maratón acabando con muchísimas molestias y el día 15 80 kms de MTB sin ninguna molestia. Prueba bonita, dura y bien organizada.

- Día 22 (Media Maratón de Lisboa): Carrera a la que fui con la gente de TrainingRey y que muy bien resumió Jony. El 20 salida en bus desde Toledo, el 21 recogida de dorsales y turisteo por Lisboa y el 22 la carrera. Carrera que quería competir pero que me fue imposible, en el km7 se me movieron los calcetines y me rozaron los pies, teniendo que parar hasta 3 veces, por el km 12 empezó a molestarme el piramidal y decidí, muy a mi pesar, bajar el ritmo ya que mi objetivo principal no era Lisboa si no Navajas.

- Día 29: tras otra semana de fisio y relax llegaba la Media maratón villa de Madrid, que enfoqué de la siguiente manera, hacerlo a 5 min/km para probar a ver si podía completarla sin molestias, como así fue, aunque este ritmo fuera casi 15 segundos inferior al inicialmente previsto.

Y con esto acabó marzo, un mes fundamental y que debería haber estado a tope, pero en el que mis únicos entrenamientos fueron las tiradas largas y un poco de piscina. Mal pintaba la cosa. Tras una semana santa de relax, la fecha marcada en el calendario se aproximaba.

Zapatillas, reloj, camiseta… todo listo, a la maleta. El sábado por la mañana salimos para Segorbe, donde teníamos reservado el hotel (precioso, por cierto), nada más llegar buscamos un sitio donde comer y nos fuimos para el hotel a dejar las maletas. Inmediatamente después a por los dorsales, un paseo por el bonito pueblo de Navajas y a descansar un rato al hotel. Por la tarde/noche hicimos un poco de turismo por el casco histórico de Segorbe, muy bonito también con su muralla, sus vistas, su catedral, las plazas… Nos encontramos con una pequeña falla y su correspondiente carpa, lástima que no fuera el día más indicado para disfrutar un poco de la verbena, así que cenamos algo y a dormir prontito.

Sonaba el despertador, bostezo por aquí, bostezo por allá, a lavarse la cara y a desayunar. A las 6 estábamos en el comedor. Un buen desayuno para coger energías puesto que nos iban a hacer falta, nos ponemos la ropa de correr y a la furgo dirección navajas, desde donde cogeríamos los buses para los distintos puntos de salida. El mío para Barracas y el de mi compi de aventuras para Jérica. Nos deseamos suerte y me monté en el bus, puesto que el suyo salía mas tarde. Llegamos a Barracas y nos pararon en una gasolinera en la que había un bar restaurante que fue “asaltado” por los más de 800 corredores y allí hicimos tiempo y nos resguardamos del frio hasta la hora de salida. La hora ya estaba muy cerca, así que la gente comenzó a ponerse en marcha. Una hilera de colores llamativos paseaba por las calles de barracas hasta que dimos con la salida.

Empecé a calentar y me coloqué atrás en la salida. Tan atrás que salí literalmente el ultimo del maratón. Eso no importaba, con llegar el último me conformaba, pero llegar. Los primeros 8 kms los hice a un ritmo relajado, por lo que tampoco me importaba que apenas se pudiera adelantar gente en el recorrido. Poco a poco comencé a subir un poquito el ritmo y a adelantar cada vez a más gente. Al pasar por la media maratón me alegré bastante, porque los tiempos iban más o menos dentro de los establecidos con mi nueva velocidad de crucero de unos 5 mins/km. Encendí la música, que hasta entonces había estado apagada y a seguir con la tarea, que quedaba lo más duro. Si bien es cierto que las molestias en el piramidal y el ileocostal no aparecieron durante toda la carrera, sí que me dieron 3 o 4 pinchazos muy pequeños en la zona del bíceps femoral, por lo que a partir del km 35 decidí rebajar un poco el ritmo, que anteriormente había aumentado, hasta los 5:10/5:15. Hacia el km 37/38 he de decir que me fallaron un poco las fuerzas y empecé a dar vueltas a demasiadas cosas, pero había dos cosas que me empujaban especialmente hacia la meta, la efeméride de una perdida apenas 3 días antes y la persona que me estaba esperando en la meta, a todo esto se unió que comenzó a sonar por los auriculares la canción “Penitencia” de Söber

“ Mi espalda no aguanta la carga que pones sobre mí, mis piernas se rinden y no te soportan mas…”. Lo que me encorajinó y me hizo venirme arriba ( Si tus piernas se rinden las mías no van a hacer lo mismo..)

“No me rendiré jamás…”. Y dije, ves melón, hasta el cantante de Söber se ha dado cuenta que no te vas a rendir y lo vas a conseguir. Y se me escapó una carcajada. Ya quedaba poco, las fuerzas fallaban, el ritmo ya daba igual, lo importante era llegar a Navajas y si podía ser sonriendo mejor. Empezamos a ver el pueblo desde la vía verde, apenas quedaban 2 kms y se veía taaaaan lejos que parecía que nunca íbamos a llegar, pero si, allí estábamos, pisando el cemento de las calles de Navajas, unas cuestas abajo bastante pronunciadas (después de 41 kms todo parecía o muy cuesta arriba o muy cuesta abajo). La gente la verdad es que animaba, aunque conseguí hacer que sus ánimos aumentasen bastante pidiendo su colaboración y ánimos para los que en ese momento veníamos corriendo y ya no podíamos mas. Casi en la entrada a meta una cuesta abajo terrorífica, serían como mucho 20 metros, pero eran los 20 metros más largos y empinados de la historia, las piernas no me sujetaban y casi bajo la calle rodando, finalmente la conseguí bajar andando sin muchos problemas. Se acabó la cuesta y reanudé la marcha, aunque ya simplemente pendiente de que el público animase a los corredores y la verdad es que lo conseguí, al fondo se veía la meta, precedida por una alfombra por la cual pasé andando y aplaudiendo a la gente que allí estaba dándonos ánimos.

Crucé la meta extasiado, desorientado, exhausto, contento, con mi típico gesto “in memoriam” e intentando tocar el marcador. Cuál fue mi sorpresa, cuando nada más cruzar la meta, me estaba esperando la sonrisa más bonita que en ese momento podía haber y que llevaba deseando volver a ver casi 5 horas. Había acabado mi maratón en 3:42 y lo había acabado bien. Ahora tocaba reponer energías, líquidos y estirar un poco.

El camino de vuelta a casa os podéis imaginar cómo fue, con dolores hasta en las pestañas pero contento y feliz.

Hasta aquí mi crónica, hasta aquí mi historia. Que no quisiera finalizar sin agradecer a todo el mundo el apoyo o las críticas que me han dado, porque todo ayuda. A mis amigos y amigas, porque los tengo desatendidos y últimamente he rondado poco con ellos. A mis compañeros del futbol porque ya casi ni me acuerdo de cómo se da al balón de hace tanto tiempo como no voy. A mi familia porque siempre me han facilitado los entrenamientos. A mis AsnoRunners del alma querida y a la gran familia de TrainigRey, en especial a Fernando Rey por sus consejos desinteresados y a Carol, que estaba más preocupada por mi lesión que yo y no hacia más que preguntar e interesarse por mí. A mi primo Juanma y a Maite por la guerra que les he dado con la dichosa lesión. A la gente de la piscina, en especial a Carlos porque me ha ayudado bastante a mejorar con la dichosa natación, la cual ha sido casi mi único entrenamiento en el mes decisivo de preparación. A la gente de TorkonBike, porque apenas he salido de ruta con ellos. Pero en especial esta carrera se la quiero dedicar a la persona que me dio fuerzas desde el cielo y a la que me dio las fuerzas con su compañía y su bonita sonrisa. GRACIAS A TODOS!!!

 

Detrás de un maratón siempre hay muchos meses de fatigas, de preocupaciones, dolores… Que grandeza es poder acabar un maratón. Valencia y Navajas, dos maratones con su bonita y sufrida historia detrás, pero lo que cuenta es atravesar esa línea de meta porque pasándola es como si te quistases 20 kgs de la cabeza. Esas preocupaciones, esas dudas ¿ acabaré? ¿me dejarán los dolores terminar?

Me siento muy orgulloso de tí Tony. Espero que pronto vuelvas a tener en mente otro bonito reto de como derrotar y desafiar a los 42,195 m para poder alzarte con la tercera medalla de finisher.

 

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